«No puedes liberar lo que no sientes, en lugar de pensar en ello. Siéntelo»
-Bonnie Bainbridge Cohen-
Seguro que alguna vez has deseado salir de la rigidez estandarizada con la necesidad imperial de expresarte desde otro prisma, mirar con otras gafas.
Un movimiento diferente, una conexión con el cuerpo diferente, que te lleve a salir de esa estructura, en otras palabras, salir de la línea recta, de la alineación perfecta, atravesar caminos alternativos, caminos curvos, caminos en espiral…
El Yoga me ha aportado y me seguirá aportando diferentes caminos de conexión conmigo misma, pero sentía que había un vacío en toda esta senda, no lograba encontrar mis propios patrones de movimiento, no lograba conectar con mi intuición, sentía que en esas figuras anatómicas me perdía en el camino del autoconocimiento.
Todo empezó cuando por casualidad empecé a explorar formas de movimiento libre a través de la danza y la conciencia corporal.
Después de años practicando e instruyendo yoga, al incorporar la somática a mi propia práctica descubrí que el cuerpo me brindaba un tipo de autoconocimiento antes desconocido para mí.
La somática me invitó a entrar en mi cuerpo vivo, y empecé a reconocer que no es como me muevo, sino, que siento mientras me muevo.
El Yin Yoga me enseñó a reconocer las emociones en mi cuerpo, pero luego no podía soltarlas con la precisión que lo hago con la somática.
Al incorporar este trabajo a mis clases regulares de Yoga, he sido capaz de autorregular mi sistema nervioso autónomo, porque somos un cuerpo gobernado por este sistema y el movimiento es su lenguaje.
Hay situaciones y eventos traumáticos que se alojan en el cuerpo (SNA), bien, pues esa experiencia pasada no tiene que ver con el evento en sí, sino en como actuó tu sistema nervioso ante esa circunstancia.
Con la somática tenemos la capacidad de acceder a la información del SNA, por lo tanto, podemos cambiar esa experiencia desde el movimiento somático, interpretando la información que atraviesa nuestro cuerpo.
La somática, al igual que la meditación, es una práctica constante, es una necesidad de expresarnos cada día, de conectar con nuestro cuerpo y exteriorizarlo.
Nos movemos desde lo que somos, sin reprimir ningún aspecto de nuestro cuerpo, todo se mueve en ese momento porque lo que no usamos, el cerebro lo deja de lado y aparece el dolor, el desequilibrio y las nieblas mentales.
Ya no te mueves desde la resistencia, desde el ego o desde la lucha.
Cuando comienzas a explorar una forma diferente de moverte, sin nadie que te diga cómo hacerlo, (inhala, exhala, mano arriba…) comienza una nueva aventura, una profundidad esclarecedora, un contacto estrecho con tus necesidades más primarias, y eso es debido a la autoexploración, porque empiezas a hacerte cargo de tu cuerpo en primera persona ,ya no tienes un cuerpo, ahora eres el cuerpo.
Como ves no hay una definición exacta de somática, al igual que tampoco la hay sobre la meditación, por eso te invito a que experimentes por ti mismo porque es la única manera de acceder a tu inteligencia somática.
Estaré encantada de acompañarte en este proceso.
